Hoy esta pequeña glorieta con un drago en su centro rodeada de césped y flores de temporada, esconde una bella fuente desaparecida hace décadas.
Como se puede comprobar en las postales de la época, la fuente toma como modelo la del Hospital de los Venerables o la del convento de Los Terceros, con varios escalones hacia abajo, un surtidor central y un pequeño estanque; en el argot jardinero, un reñidero de gallos.
Alrededor se colocan pedestales de ladrillo con jarrones cerámicos con figuras de león, todo ello completado con macetas y geranios. La imagen fotográfica de unos años después muestra ya una primera remodelación, un seto alrededor del perímetro de la fuente que evitara el acceso o las caídas.